Paredes de piedra y
detalles de madera
El paso del tiempo
resalta el volumen
macizo de esta casa de
aldea de finales del
siglo XIX con el
distintivo de la
Q de Calidad
Turística. Decorada en
su interior con buen
gusto y sencillez, y
dónde todo invita al
sosiego y a la paz de
espíritu. Un amplio
jardín con una finca de
10.000 metros rodea esta
casona dando intimidad a
su fachada y patio. Zumo
natural, pan de hogaza,
mermeladas, siempre
acompañados de
repostería casera y
fruta fresca enmarca el
despertar de la casa.
A medio camino del mar,
a solo 9 km de la costa
o del casco urbano de
Foz cuenta en sus
alrededores con
atractivos naturales
como el Souto da Retorta
y la Playa de las
Catedrales.
Los paseos, el
senderismo, la pesca o
la espeleología son
algunas de las
actividades que se
pueden desarrollar desde
la casa.